Mi Îdolo

Mi Îdolo
Porque lo ees todo, Andrès Palop

nadie puede compararse a ti...

Poque los sueños de ayer, son las esperanzas de hoy y pueden llegar a hacerse realidad mañana....
Porque mi sueño es conocerte..
Porque mi esperanza es llegar a tí algún dia...
Porque mi realidad es tenerte lejos...
Siempre grande, siempre fuerte, Andrés Palop sin duda...

viernes, 28 de agosto de 2009

Dos años del adiòs a Puerta

Hoy es un día señalado en el calendario sevillista..hoy dia 28 de Agosto de 2009 hace dos años que falleció nuestro Eterno16, nuestro Antonio Puerta... Yo no lo he llegado a conocer en persona y no puedo decir nada sobre él a parte de que era un jugador magnífico, que nos llevó a la gloria y que en un momento encogió todos nuestros corazones, pero si hay alguien que puede llevarnos un poco mas a conocerle a sabes de él y que nos ha dejado un artículo en www.elsevilla.com y que a mí me gustaría compartir con vosotros...solo añadir que...hoy hace dos años que nació un mito, dos años que nació una leyenda...dos años que se nos fue Antonio Puerta...
Hoy se cumplen dos años de que se apagara un mito. Alguien que hizo llorar de alegría a media ciudad cambiándoles la vida y que nos demostró a todos que el fútbol no es más que un divertimento que divide familias y puede unir en el dolor. Por desgracia, tuvo que morir para demostrarlo.

Hoy me sigue pareciendo como si fuera ayer todo lo vivido a raíz de aquel trágico 25 de agosto, cuando el gigante cayó. Los nervios, la incertidumbre de qué pasaba con Antonio me impedía poner en pie una simple crónica victoriosa, sí, pero que no podía tapar la conmoción de ver cómo caía alguien que me hizo llorar de alegría. Alguien que me hizo saber que las finales no sólo se ven por televisión, sino que también se viven.

Parece que fue ayer cuando, cada mañana, durante tres interminables días, iba directo al Hospital Virgen del Rocío en busca de buenas noticias. Un mensaje para transmitir, pero fundamentalmente algo que tranquilizase a tantos miles de personas, seguros de que todo se solucionaría. Convencidos de que quizás no volvería a jugar, pero sin ninguna duda de que nuestro Antonio salía de ésta.

Aún recuerdo aquel día, hace dos años, y no creo que lo olvide nunca. La preocupación de Jesús Sevillano, de un lado para otro tan nervioso como todos. Las lágrimas de Fede Quintero, que veía cómo se iba su amigo a pesar de cargarle de razones para quedarse con nosotros en su columna en el diario Marca. La ansiedad de la prensa deportiva sevillana, que en su práctica totalidad se acercó al centro sanitario para enterarse cuanto antes del fatal desenlace.

Y el triste final. Hace dos años, aún no me lo creo, se iba quien le abrió la Puerta de la Gloria a todo el sentimiento sevillista. Un fallo multiorgánico derivado de la hipoxia cerebral causada por la parada cardiorrespiratoria sufrida tres días antes acababa con la vida de Antonio. Un simple papel confirmaba la noticia que nunca quisimos dar, y las reacciones espontáneas de dolor en recuerdo al auténtico orgullo de Nervión comenzaron.

Dolor y lágrimas, gritos y cánticos, tristeza y pena. Todo ello se precipitaba a nuestro alrededor, mientras en una esquina un aficionado anónimo lloraba a lágrima viva con el 16 del campeón a su espalda. Pancartas, velas, flores, camisetas del Betis de verde esperanza fundidas con el sevillismo herido asistían conmocionados por la pérdida de un ídolo que apenas era un niño, un chico de apenas 22 años que, tras su estela, dejaba en camino una parte de lo que de verdad importa.

Y allí estábamos nosotros. Derrumbados contra una pared de la entrada del hospital, sin ninguna explicación posible a la ley de la naturaleza. Mi amigo Ilde Cortés reflexionaba en voz alta por qué había ocurrido algo así. “Me hice periodista deportivo para no contar tragedias”, recuerdo que lamentaba.

Hoy, dos años después, todo aquello me sigue pareciendo mentira. Aún no me lo creo. Pero su recuerdo, la memoria que dejó tras de sí, me hace ver que aquello realmente ocurrió, que fue real, y que si pasó sólo puede explicarse porque vino al mundo para hacer feliz a tantos miles de personas, y que por tanto merecía estar en la Gloria por toda la eternidad.

Siempre son los mejores los que se van, es lo que se suele decir, y precisamente por eso duele que se vayan, porque todos queremos a esa gente a nuestro alrededor, haciéndonos felices con sus acciones. Por eso te recuerdo con cierta tristeza, Antonio, pero por otro me alegro y sonrío por todo lo que hiciste como futbolista. Porque no llegué a conocerte, y gracias a eso no lamento aún más tu pérdida. Porque lo que me contaron de ti los que mejor te conocían confirman todo lo que ya podía imaginarme. Porque me cambiaste la vida un jueves de Feria, por siempre el día de Antonio Puerta. Porque hasta tu víctima de Gelserkirchen lamentó tu muerte, y eso sólo lo logran los grandes. Porque tú eras de los buenos, y por eso entre los buenos estás. Y es que, en definitiva, lo que hacemos en la vida tiene su eco en la eternidad, y tú sonarás por siempre en Nervión.

Luis Vilches es redactor del Diario As y colaborador de FutbolSexta

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